El método del palacio de la memoria, también conocido como el método de loci, consiste en relacionar objetos familiares con cosas que tienes que memorizar.

El Palacio de la Memoria, conocido también como método de Ioci, se utiliza desde hace siglos y ha sido la herramienta de los grandes sabios. Los monjes medievales usaban este método para memorizar la Biblia y sus versículos, para poder citarlos después.
El palacio de la memoria es un método mnemotécnico que tiene su origen en la Antigua Grecia. Su creación se le atribuye al poeta Simónides de Ceos, quien tenía la habilidad de recitar amplios discursos y rememorar eventos con precisión, haciendo uso de la memoria visual y espacial.
Es una técnica muy útil para almacenar aprendizajes que requieren de estructuras, jerarquías o categorías, como las leyes, funciones biológicas, la tabla periódica, un nuevo idioma o estructuras del cuerpo humano.
¿Cómo funciona el palacio de la memoria?
La técnica del palacio mental consiste en depositar la información que queremos recordar en un lugar dentro de la imaginación. Este lugar debe ser, idealmente, una casa o un departamento conocido, o incluso un recorrido habitual que hayamos hecho por la calle, como el camino al supermercado.
La idea es asociar los conceptos o tópicos a memorizar con cosas conocidas (por ejemplo, el nombre Florencia suena a Flor; es decir, es mucho más fácil recordar el nombre de esa persona si pensamos explícitamente en una flor). Luego, estos tópicos deben depositarse en estaciones convenientemente determinadas dentro de los lugares (es decir, dentro de la casa, departamento o camino conocido), siguiendo una ruta coherente.
El jesuita Matteo Ricci usó el método con el objetivo de introducir el cristianismo en China y lo mencionó en un tratado dándole el nombre de palacio de la memoria. Quintiliano y Giordano Bruno utilizaron una variante de esta técnica en la que los lugares de referencia eran los signos del zodiaco.
Consiste en imaginar un itinerario compuesto de un cierto número de lugares en un entorno familiar (por ejemplo, imaginar un recorrido por una casa en que la persona haya vivido), e imaginar los conceptos que se quiere recordar como objetos dentro del itinerario imaginado.
Para crear un palacio de la memoria, lo primero es seleccionar un lugar que conozcas bien, como tu casa o cualquier otro edificio familiar. Este espacio se divide en distintas habitaciones o zonas, y en cada una de ellas se colocan mentalmente los elementos que deseas memorizar. Por ejemplo, puedes asignar a la cocina los nombres de los filósofos griegos, al salón las fechas importantes de la historia romana, y al dormitorio los conceptos clave de biología.

La clave está en utilizar elementos visuales que te llamen la atención para representar la información.
La técnica del palacio de la memoria no solo es útil para recordar listas de compras o datos históricos, sino también para el aprendizaje académico y profesional. Docentes han utilizado esta técnica para ayudar a los estudiantes a memorizar reglas gramaticales o científicas, creando recorridos mentales que asocian conceptos abstractos con imágenes concretas.
Uno de los principales beneficios de este método es su capacidad para mejorar la retención a largo plazo. Estudios han demostrado que la memoria espacial y visual, al ser utilizadas conjuntamente en la creación de un palacio mental, potencian significativamente la capacidad de recordar información compleja.
La ruta y las asociaciones visuales
Un aspecto esencial del método es la creación de una ruta específica a través del palacio. Esta ruta debe ser seguida de manera consistente cada vez que se recorra el palacio mental. Por ejemplo, siempre comenzar por la puerta principal y seguir en sentido horario por las habitaciones ayuda a reforzar la memoria espacial y a evitar la confusión.
Las asociaciones visuales deben ser lo más vívidas y únicas posible. Imagina, por ejemplo, una bruja preparando una pócima en tu sala de estar para recordar una fórmula química. Cuanto más absurda y detallada sea la imagen, más fácil será recordarla.
La implementación de esta técnica requiere práctica. Comienza con listas pequeñas y ve aumentando la complejidad a medida que te sientas más cómodo con el proceso. La repetición y el repaso periódico de la ruta y las imágenes son cruciales para asegurar que la información se mantenga fresca en la memoria.
¿Cómo empezar a crear un palacio de la memoria?

Primero que todo, llamaremos “«”palacio”»” a una casa o apartamento conocido. Cierra los ojos. Sitúate en la entrada. ¿Es un edificio? ¿Es una casa? Cruzamos la entrada. ¿Qué hay ahí? ¿Un pasillo, quizás un espejo junto al muro, un recibidor? Luego, ¿a qué habitaciones llegas? Cruza el comedor, la cocina, las estancias, tal y como si estuvieras ahí.
Luego, elige 9 estaciones, siguiendo una ruta coherente desde la entrada. Una estación es cualquier elemento estructuralmente llamativo, como el umbral de una puerta, un hall, una esquina, los pies de una escalera, una mesa, un sillón, una silla, una lavadora, etc.
Imagina los siguientes 9 elementos en orden en las estaciones que acabas de elegir (uno por estación). Imagínalos de forma absurda y exagerada, y con sonidos y muecas si es necesario.
1. Cadena 2. Alien 3. Reloj 4. Nube 5. Banquete 6. Almohada 7. Miss Simpatía 8. Colibrí 9. Flecha apuntando al Este
Codifica una vez más cada imagen en su estación respectiva. Una vez hecho esto, espera 20 segundos, ponte de pie y decodifica las imágenes. ¿Viste qué sencillo es memorizar la idea general de 9 párrafos de uno de los discursos más importantes de la historia? I have a dream, de Martin Luther King.
Simplemente empleamos una asociación mental para cada idea general. Y, de este modo, es mucho más fácil decodificar una idea completa. De hecho, así traspasaban el conocimiento de generación en generación los antiguos griegos: memorizaban por ideas, por topikos, no palabra por palabra.
1. Cadena → Idea de la esclavitud 2. Alien → Derechos inALIENables 3. Reloj → Idea de la urgencia 4. Nube → Apelar al hermano blanco 5. Banquete -→«No estamos satisfechos…» 6. Almohada → «Tengo un sueño…» 7. Miss-Simpatía → Mississippi 8. Colibrí → Colina 9. Flecha al Este → «Este será el día en que…»