En muchas entrevistas de trabajo hacen escribir a los candidatos a mano. El aspecto y forma de las letras define algunos rasgos de la personalidad. Qué tener en cuenta.

¿Te ha pasado llegar a una entrevista laboral y que te hagan escribir? ¿Has hecho escribir a mano a algún candidato para tu empresa? Esto se llama grafología, y es el estudio de la personalidad a través de la escritura.
Aunque su uso en procesos de selección de personal ha sido motivo de interés y controversia, es una ciencia central a la hora de analizar firmas, autenticidad de documentos o papeles como cheques.
En la psicología, la grafología se basa en la idea de que los rasgos de la escritura de una persona, como la forma de las letras, la presión sobre el papel, la inclinación y el tamaño, pueden reflejar características psicológicas y de personalidad.
En muchas entrevistas de trabajo, los encargados optan por papel y bolígrafo no solo para analizar la letra, sino para ver al candidato en acción y visualizar si se pone demasiado nervioso, aprieta mucho, tacha o es desprolijo.
Esto puede reflejar el estado emocional y la conducta de una persona. Desde el enfoque de esta disciplina, se cree que la escritura no es un acto mecánico, sino una expresión del subconsciente.
Mediante el análisis de aspectos específicos como la forma, el tamaño, la inclinación y la velocidad de los trazos, los grafólogos intentan identificar patrones que puedan asociarse con ciertos rasgos de carácter.

Algunos de los elementos más comunes que los grafólogos analizan incluyen:
Tamaño de la letra: Escrito en tamaño grande puede interpretarse como una personalidad extrovertida o confiada, mientras que un tamaño pequeño sugiere introversión o atención a los detalles.
Presión: Una escritura con fuerte presión indica energía y determinación, mientras que una presión leve puede asociarse con sensibilidad o suavidad.
Inclinación: La inclinación hacia la derecha a menudo refleja apertura y sociabilidad, mientras que hacia la izquierda puede indicar reserva o timidez.
Forma de las letras: Letras redondeadas sugieren empatía y adaptabilidad, mientras que letras angulosas pueden asociarse con dinamismo y competitividad.
¿Por qué se utiliza en el ámbito laboral?
En el ámbito de los recursos humanos, la grafología se emplea como una herramienta complementaria para comprender la personalidad del candidato, pero sobre todo, para verlo en acción.
En el momento en el que te piden dibujar y escribir es recomendable mantenerse sereno. Si tienes una empresa, debes cuidar que el candidato se mantenga tranquilo y no se moleste con las pruebas. Este es el paso 1.
Luego viene la parte técnica: se analizan las habilidades blandas y la afinidad cultural para posiciones de liderazgo, atención al cliente o aquellas que requieran altos niveles de adaptabilidad y empatía.

A tener en cuenta
Primero, tienes que mostrarte tranquilo y escribir con trazo firme. Luego es recomendable:
Comprender la finalidad: Antes de aceptar el análisis grafológico, es relevante preguntar a la empresa qué aspectos buscan evaluar. Esto permitirá al candidato entender si el análisis está enfocado en competencias específicas o en el ajuste a la cultura de la empresa.
Preparación del candidato: Aunque no existen métodos específicos para “prepararse” para un análisis grafológico, es importante ser consciente de la naturalidad en la escritura. No se recomienda alterar conscientemente la forma de escribir, ya que podría generar inconsistencias en los resultados.
Complemento, no determinante: Si bien la grafología puede ofrecer un vistazo adicional, no debería ser el factor principal de evaluación. Cualquier empresa ética y profesional utilizará esta herramienta como un complemento de otros métodos de evaluación más objetivos, como entrevistas estructuradas, pruebas psicométricas o de habilidades específicas.
Consulta sobre la ética y profesionalismo: Antes de permitir que un análisis de este tipo influya en su contratación, los candidatos pueden averiguar si el análisis será realizado por un grafólogo profesional, ya que el sesgo o interpretación no calificada podría afectar la validez del resultado.
Limitaciones de la grafología en el proceso de selección
En países europeos como Francia o España suele ser parte siempre de las entrevistas. Pero varias investigaciones cuestionan la fiabilidad de la grafología como método predictivo, ya que puede estar influenciada por factores contextuales o subjetivos en una era donde los jóvenes se enfrentan cada vez menos al papel.
Cinco señales de alarma
Algunos rasgos de la escritura pueden indicar ansiedad, incapacidad para presiones o trastornos emocionales.
Inconsistencias en el tamaño de las letras: Cuando el tamaño de las letras cambia radicalmente dentro de una misma palabra o frase, esto puede reflejar inestabilidad emocional o problemas de autocontrol. Sin embargo, también puede deberse a fatiga o estrés momentáneo.
Presión de escritura extremadamente ligera o pesada: Una presión extremadamente ligera puede indicar depresión, falta de energía o baja autoestima, mientras que una presión exageradamente fuerte puede asociarse con tensiones internas intensas, agresividad o impulsividad.
Letras angulosas y líneas cortantes: Las letras excesivamente angulosas y los trazos cortantes y afilados pueden reflejar irritabilidad, resentimiento o agresividad, dependiendo del contexto. Este tipo de escritura a veces se encuentra en personas que lidian con frustración o tienen dificultades para expresar sus emociones de manera saludable.
Escritura con tendencia hacia abajo o inclinada hacia la izquierda: Una inclinación descendente de las líneas o un patrón que constantemente apunta hacia abajo puede indicar tristeza, desesperanza o baja motivación. Por otro lado, una inclinación excesiva hacia la izquierda puede asociarse con una tendencia a aislarse emocionalmente y con dificultades para conectar con los demás.
Omisión o distorsión en las letras: Saltarse letras, escribir de manera caótica o mostrar dificultades en la formación de letras puede ser una señal de ansiedad o de pensamientos confusos. Esto también puede ser un indicio de ciertos trastornos de atención o de estrés agudo.